Muy buenos días,
querido Padre que estás en el cielo.
Gracias por el trabajo que tú estás haciendo.
Gracias porque trabajas por medio de personas
de todo tipo y vocación; y por medio
de los muchos corazones
que conocen tu bondad.
Gracias por la gran obra
dirigida por el Señor Jesús,
quien triunfará sobre el mundo
con paciencia y bondad.
Él triunfará sobre el mundo,
abriendo la puerta de par en par,
y todos, incluso los más pobres,
podrán llegar a ti, su Padre en el cielo.
Concédenos permanecer firmes y fieles
con la luz que se nos ha dado.
No nos dejes caer en tentación,
en vicios, robos, mentiras, engaños,
sino líbranos del mal.
Porque el reino, el poder y la gloria
son tuyos para siempre.
Que la Virgen María Milagrosa
nos acompañe durante este día.
Amén!
Fuente: Padre Carlos Alexis