Quizá en este momento hay ninguna persona que se encuentre enfrentando una crisis de algún nivel, tal vez sea financiera, quizá está enfrentando una venta a corto plazo, quizá su matrimonio está pasando por una crisis, o tal vez perdió su trabajo y no puede encontrar un mejor empleo.
Sin importar cuál es el problema por el que esté pasando, tiene que saber que hay un santo muy poderoso que ansiosamente espera su llamada de auxilio. Incluso en este momento está dispuesto a ayudarlo sin importar si son imposibles de resolver.
Apóstol gloriosísimo de Nuestro Señor Jesucristo,
aclamado por los fieles con el dulce título
de ABOGADO DE LOS CASOS DESESPERADOS,
hazme sentir tu poderosa intercesión
aliviando la gravísima necesidad en que me encuentro.
Por el estrecho parentesco que te hace primo hermano
de Nuestro Señor Jesucristo,
por la privaciones y fatigas que por Él sufriste,
por el heroico martirio que aceptaste gustoso por su amor,
por la promesa que el divino Salvador hizo a Santa Brígida
de consolar a los fieles que acudiesen a tu poderosa intercesión,
obtenme del Dios de las misericordias
y de su Madre Santísima,
la gracia que con ilimitada confianza te pido a Ti,
Padre mío bondadosísimo,
seguro que me la obtendrás siempre que convenga
a la gloria de Dios y bien de mi alma.
Así sea.
Glorioso Apóstol San Judas Tadeo,
ruega por nosotros. (Repetir 3 veces)
En el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
No olvides hacer también la novena en devoción.
¡Oh gloriosísimo apóstol San Judas! Siervo fiel y amigo de Jesús. El nombre del traidor que entregó a tu querido Maestro en manos de sus enemigos ha sido la causa de que muchos te hayan olvidado, pero la Iglesia te honra y te invoca universalmente como el patrón de los casos difíciles y desesperados.
Ruega por mí que soy tan miserable, y has uso de ese privilegio especial a ti concedido de socorrer visible y prontamente cuando casi se ha perdido toda esperanza.
Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que reciba los consuelos y socorros del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos, particularmente en la que te presento a continuación. (Haga aquí cada una de sus súplicas)
Alcánzame lo que humildemente te pido para que pueda siempre, con todo mi ser y todo mi corazón, bendecir y alabar a Dios contigo y con todos los escogidos por toda la eternidad.
Te prometo, glorioso San Judas, acordarme siempre de este gran favor y nunca dejaré de honrarte como a mi especial y poderoso protector y hacer todo lo que pueda para fomentar tu devoción.
Amén.
San Judas, ruega por nosotros y por todos los que te honran e invocan tu ayuda.
Rezar el Padrenuestro, Ave María y Gloria (3 veces)