Padre celestial, de quien dependo. Espero esta noche para alabarte con todo mi corazón y que de esa forma sepas que te necesito para todo.
El vivir con la esperanza en tu amor y en tu ayuda es lo que me da fuerzas y le imprime a mi alma juventud y brillo. La seguridad de que pase lo que pase yo estoy bajo tu cuidado y nada ni nadie puede arrebatarme este gozo inmenso que estremece todo mi ser.
Derrama tu Santo Espíritu en mi vida para que pueda olvidarme de todo lo temporal y humano y pueda vivir sumergido en tu santa presencia.
De igual forma, que no viva solamente pensando en mis problemas para poder regocijarme en todo lo que tú harás en mi existir, poder divisar un horizonte lleno de luz y color y embarcarme contigo en una aventura de amor, confiando solo en Ti y siéndote fiel siempre.
Te digo calladito: de día, de noche, al despertar, a toda hora, me encomiendo a Ti”.
Que descienda sobre todos tus hijos tu santa bendición que nos permita dormir confiados.
Quédate al lado de los que amamos y que por diferentes circunstancias están lejos de casa. Que los que ya partieron al cielo, estén a tu lado felices y en paz. No te vayas porque te necesito. Que la santísima Virgen María Milagrosa nos arrope con su manto.
Amén.
Fuente: P. Alexis Gutiérrez