¡Espíritu Santo, concédeme el don de la sabiduría para aspirar siempre a las cosas eternas y dejar de lado lo mundano de esta vida!
¡Concédeme también el don de entendimiento para que ilumine siempre mis pensamientos y mi mente con el fin de ver siempre la luz de Dios en mi vida!
¡Concédeme, Espíritu de Dios, el don de consejo para escoger siempre el camino correcto y que todas mis acciones agraden siempre a Dios! ¡Mi objetivo es el cielo y allí quiero llegar con mis buenos actos!
¡Concédeme el don de fortaleza para que sepa siempre llevar mi cruz junto a Jesús con entereza y confianza y saber sobrellevar todos los problemas con capacidad de superación!
¡Concédeme, Espíritu divino, el don de conocimiento para que en mi oración tenga una mayor cercanía con el Señor, para conocerlo mejor y conocerme también a mi mismo para ir creciendo cada día en perfección!
¡Concédeme el espíritu de piedad para que, a través de mi oración, lleve a los demás ternura, amor, consuelo y paz y que mi servicio sea siempre por amor a Dios, un servicio amable y generoso!
¡Concédeme, Espíritu Santo, el don de temor de Dios para amar siempre al Padre con respeto y reverencia y sea muy consciente de cuáles son los actos que pueden molestarle!
¡Dame la alegría cristiana, Espíritu divino, para que allí donde vaya dirijas mi barca, me reconozcan como un verdadero discípulo de Jesús!
Amén
Fuente: Padre Alexis Gutiérrez