Señor bueno y bondadoso, tengo sed de Ti, mi corazón te ansía de noche, tiene hambre de tu presencia, de tu agua de vida, de la eterna bendición.
Quiero sacarme de Ti, quiero verte, ver tu rostro frente a frente, como dos amigos, como un hijo que se siente amado por Ti, Padre, porque necesito de Ti, de tu sanación, de tu bondad, de tu amor, pues todo mi interior tiene hambre y sed de Ti.
Necesito que vengas ahora, necesito que abras las compuertas del cielo y que caiga sobre mí tu Presencia, que bajo tus alas me acurruque en esta noche, porque son muchos mis miedos, porque son grandes mis heridas, porque mi soledad me atormenta, porque mis preocupaciones martillan mi cabeza y me roban la paz.
Todo mi ser tiene miedo, se siente angustiado. Te suplico que en este momento derrames todo tu amor sobre mí y me hagas recuperar la paz para poder dormir tranquilo y sereno.
Permite que mañana pueda ser agradecido con todos los que me han ayudado.
Bendice mi familia, amigos, vecinos y compañeros de trabajo.Que la Virgen María Milagrosa nos arrope con su manto.
Amén
Fuente: Padre Alexis Gutiérrez