Señor Jesús:
Te presento a mi amiga
para que la bendigas,
la cuides y le enseñes a vivir.
Tú que sabes lo que vive,
lo que le preocupa,
lo que siente, lo que piensa,
lo que anhela, lo que le falta
y lo que desea.
Tú que sabes
cuando llora, cuando ríe,
cuando está en soledad,
cuídamela, protégela,
anímale a seguir adelante;
acompáñala siempre.
A mí Señor, enséñame
a presentir lo que siente dentro de ella,
a estar disponible cuando más me necesite,
a ser amable cuando más necesite ser amada,
a verla cuando necesite ser vista,
a oírla cuando necesite ser oída,
a darle seguridad cuando necesite seguridad,
a cuidarla cuando necesite ser cuidada,
a acudir cuando necesite de alguien,
a ayudarla cuando necesite ser ayudada,
a celebrar cuando necesite ser celebrada,
a llorar cuando tenga necesidad de desahogarse,
a sentirme orgullosa de ella
y a aprender cuanto pueda de ella.
Porque Tú has sido, Señor,
¡el gran amigo incondicional de tantos!
Yo pido hoy por mi amiga y por mí,
por nuestra amistad y la relación que nos une.
Bendícenos y acógenos con tu amor.
Esto te lo pido en el nombre de mi amiga
y tu hijo amado Jesús.
Amén!