Señor que vienes a quedarte conmigo. Termina el día y tu gracia y tu poder me han ayudado a poder discernir tu voluntad agradable y perfecta y conocerte como el Dios proveedor que le da a mi vida lo que necesita en el justo momento.
Me regocijo en saber que Tú estas al tanto de todo, que siempre me escuchas, que no hay nada que se te escape y que estás interesado en mis problemas.
Por eso he decidido orar y orar con insistencia, sin cansarme, en donde quiera que me encuentre, para que mi Dios de los Ejércitos abra las ventanas del cielo y que yo pueda encontrar la felicidad empezando por tener esperanza.
Tengo fe de que Tú siempre me darás lo necesario para mi vida porque eres fiel, porque obras de manera que jamás nos imaginamos, porque abres puertas donde tal vez ni existen, porque me provees a través de medios que jamás pensé.
Mi dulce Jesús de Nazareth, yo creo en tu inmenso poder para hacer de lo que no es, algo que sea.
Quiero quedarme contigo, recostado junto a tu Sagrado Corazón, poder verte a los ojos y enseguida dormirme. No te vayas porque te necesito.
Que la santísima Virgen María Milagrosa nos arrope con su manto.
Amén.
Fuente: P. Alexis Gutiérrez