Mi Jesús, el del amor bondadoso. Hoy quiero darte gracias porque cada noche siento esa presencia tuya que le da a mi corazón la libertad de no sentirse atado a nada de este mundo sino con la perfecta paz que da la seguridad de que Tú permaneces a mi lado aun en medio de la necesidad, el miedo, la angustia o la muerte.
Me transmites el poder necesario para no desalentarme por las dificultades.
Es lindo poder servirte, Señor, y encontrar esos momentos en donde puedo descansar en Ti y relajarme de todo lo que me rodea.
Qué sensación más hermosa el llegar delante de Ti que eres mi Padre y depositar mis cargas en tus manos, desahogarme en ti, reposar en ti.
Agudiza mis sentidos para escuchar tu dulce voz que penetra mi alma.
Quiero corresponder a tu ayuda y protección sirviéndote a través de tanta gente que necesita no sólo bienes materiales, sino también espirituales; que pueda acercarme a ellos con misericordia y caridad, de la misma forma que Tú lo haces conmigo.
En este momento abrázame fuerte, quiero que tu amor incomparable y tu presencia hermosa le den nuevas fuerzas a mi ser para enfrentar las tareas que vienen en camino.
Eres todo para mí y eres mi Padre. Que la Virgen María Milagrosa nos arrope con su manto.
Amén.
P. Alexis Gutiérrez