Señor bueno, en la noche vengo a tu lado para pedirte que me bendigas con tu presencia. Que escuches la voz de mi corazón, esa que muchas veces se apaga porque tiene miedo de que no aceptes lo que pasa.
Es que me enseñaron mal, a tenerte miedo, a esperar castigos de Ti, y realmente lo único que he recibido hasta hoy son grandes bendiciones, enormes e incontables muestras de amor que sobrepasan mi inteligencia, mi capacidad de comprensión, mi lógica humana.
Por eso te doy mi corazón, para que lo habites, para que me llenes más y más, para que donde ha habitado el pecado, ahora sobreabunde tu gracia; que donde hubo tristeza ahora esté repleto de tu alegría.
Quiero darte todo porque todo me lo has dado, Dios del amor y la plenitud.
Quiero darte lo poco que tengo, pero con el mayor de los amores.
Te entrego mi vida, mi ser, mi corazón, te lo entrego todo.
Que la Virgen Milagrosa me arrope con su manto.
Amén
Fuente: Padre Alexis Gutiérrez