Señor, en Ti confío para salir adelante y hacer las cosas bien. Gracias por mostrarme que Tú eres la resurrección y la vida, la verdad, el amor y la felicidad.
Gracias porque, con tu mano sanadora, me consuelas y me das las fuerzas para enfrentar las adversidades y los distintos males que me aquejan.
Creo en Ti, en el poder de tu perdón, en tu presencia viva que es fuego que purifica y restaura toda herida de dolor, renovándome y revitalizando mi fe.
Ven Señor con el poder de tu Cruz, sana mi corazón y mi vida toda. Abre mis ojos a las maravillas que me ofreces y líbrame de la dureza de pensamiento.
Mi Dios, tu Cruz es signo de amor, tus manos llagadas: signo de misericordia; por eso, creo, espero y te amo, pues has revivido a mi moribundo corazón.
Dame de esa paz que conforta el alma, líbrame de rencores y apatías. Tú eres fuente de sanación, dame del agua viva de tu corazón que nunca se agota.
Entrego ahora en tus manos mi vida y la de los que me importan. Que todos mis sueños se vean realizados en Ti sintiendo siempre tu compañía.
Que tu misericordia penetre en lo profundo de mi corazón. Te amo. Gracias por tu perdón y por tu poder que cobija. Gracias por seguirme amando.
Que Maria Milagrosa nos arrope con su manto en esta noche.
Amén.
P. Alexis Gutiérrez