Señor querido, me acerco a Ti con confianza; intento siempre mantenerme alegre y vivir con entusiasmo mi día a día, pero en ocasiones las adversidades me vencen, siento que caigo y me deprimo, siento que no puedo más y que no seré capaz.
Me duele sentirme así, sé que no es lo mejor, por eso, mi Señor, hoy necesito de toda tu fuerza para vencer la tristeza que me acompaña.
Me siento derrotado, sin ganas, y quisiera que abrieras el cielo y te derramaras sobre mi humanidad con todos tus dones, pues estoy consciente de que sólo contigo puedo salir adelante, sólo contigo puedo retomar mi camino, porque cuando mis fuerzas se agotan, sé que las tuyas intervendrán y me ayudarán a cambiar mi realidad.
Soy consciente de lo bella que es la vida y no quiero que ninguna tristeza sea más fuerte que mis deseos de ser mejor cada día.
Haz una más de tus obras, y seguro me levantaré del desánimo en el que mis líos me tienen envuelto.
Te pido, Señor, que nunca me dejes. Que la Virgen de la Milagrosa nos arrope con su manto.
Amén.
Padre Alexis Gutiérrez