Gracias Padre bueno por el día que termina. Ya regreso a mi casa cansado por la jornada de trabajo del día de hoy y quiero buscar en tus brazos alivio a mis penas y dolores.
En esta noche, a través de la Oración, Tú me susurras cantos de esperanzas y haces que mi corazón descanse de toda preocupación.
Gracias por hablarme al corazón, por mostrarme tu voluntad y hacer que camine tranquilo ante tanta desesperación y agitamiento que el día a día me ofrece.
Estoy seguro que Tú me llevas de la mano y me conduces por sendas del triunfo en estos momentos fuertes.
Que estos tiempos difíciles pasen pronto y pueda vivir siempre en tu paz alabándote. Por eso ven con tu voz poderosa y disipa todo miedo y dame paz para sanar mis tristezas.
Que María Santísima Milagrosa ruegue por todos nosotros y nos libre de todo mal y peligro. Que pueda compartir con mi amada familia y sentir Tu presencia Señor, en medio de ellos.
Amén
Fuente: Padre Alexis Gutiérrez