Padre, el día que me regalaste está por terminar. Te agradezco tu Presencia y tu Gran amor. Te pido perdón por las cosas que no hice bien, así como del bien que no hice. Ten paciencia conmigo y ayúdame a ser mejor.
Dame la gracia de ser mañana mejor persona, para así alabarte y servirte en mis hermanos y amigos.
Señor, ha sido un día difícil, con altas y bajas, pero no me has abandonado. En paz me acuesto, y en paz me levantaré. Me duermo siempre pensando y confiando en que Tú me proteges con tu infinito amor.
Ofrezco todo el esfuerzo que he hecho en este día, para que me reserves el mejor de los descansos. Dejo mis preocupaciones, mis enfermedades, mis problemas a un lado y las pongo en Tus benditas Manos. Señor ! Cuídame y sáname, Señor!
Amén!