Señor bondadoso quiero orar antes de acostarme,
tú conoces mi tristeza que ahoga mi corazón
y sabes el origen de ella.
Hoy me presento ante ti y te pido, Señor,
que me ayudes, pues ya no puedo seguir así.
Sé que tú me llamas a vivir en paz,
con serenidad, gozo y alegría,
incluso en medio de las dificultades cotidianas, crisis.
Por eso hoy te pido que pongas tus benditas manos
en las llagas de mi psiquis
que me hacen tan sensible a los problemas
y me liberes de la tendencia a la tristeza
y a la melancolía que anida en mí.
A esta hora de la noche te pido
que tu gracia vaya restaurando mi historia,
a fin de no vivir esclavizado por el recuerdo amargo
de los acontecimientos dolorosos del pasado.
Como ellos han pasado, ya no existen.
Te entrego lo que pasé
y lo que pasaron las personas amadas;
lo vivido y lo sufrido por nosotros.
Quiero perdonarme y perdonar,
a fin de que tu gozo comience a fluir en mí.
Te entrego las tristezas unidas a las preocupaciones
o a los temores del mañana.
Ese mañana tampoco ha llegado,
por lo tanto sólo existe en mi imaginación.
Aumenta mi confianza en ti,
para que aumente en mi alma el regocijo.
Tú eres Dios y Señor de la historia y de la vida,
de nuestras vidas. Por eso toma mi existencia
y la de las personas amadas,
con todos nuestros quebrantos,
con todas nuestras necesidades
y que con la ayuda de tu poderoso amor
se desarrolle en nosotros la virtud de la alegría.
María Milagrosa arrópame con tu manto de amor.
Amén.
Fuente: P. Alexis Gutiérrez