Mi Señor que te espero expectante cada noche. En la quietud de estas horas y a tu lado, mi corazón encuentra paz.
Hoy la angustia no tiene cabida en mi ser, Tú no me desamparas y por eso dejo en tus manos poderosas todas mis inquietudes.
Hoy mi confianza en Ti llega a su punto máximo y por fe sé que veré que las cosas más hermosas sucederán en mi vida.
Hoy creo, hago oración y no importa lo que vea ante mí, pues eres capaz de hacer maravillas, de darle vuelta a mis circunstancias y regalarme frente a mí el panorama más bello.
Bendito y alabado seas porque siempre realizas tus promesas y pones en nuestro corazón el deseo de decirte siempre: Ven, mi Señor de Nazareth, no tardes, ven pronto. Ayúdanos a sentirnos amados por Ti, cubiertos por tu misericordia infinita que le concede una oportunidad de trabajo al que necesita llevar el sustento a su hogar y le devuelve la salud al que angustiado te lo pide a cada momento.
Que podamos amar con bondad a las personas que nos rodean y en las que logramos descubrir que están faltas de cariño o de una palabra amable; allí estas Tú, viviendo en ellos.
Regala a todos tus hijos el don de la prudencia y la sabiduría divina para obrar siempre de acuerdo con Tu voluntad.
Te recuerdo: Tú eres el único que hace maravillas, el poderoso Dios de Israel, el Omnipresente.
Abrázame fuerte y tenme cerquita de tu corazón toda la noche.
Que la santísima Virgen María Milagrosa nos arrope con su manto durante esta noche. Amén.
P. Alexis Gutiérrez